El contacto del magma del volcán Kilauea con el océano generó nubes blancas de ácido y cristales extremadamente finos que cubrieron el cielo de Hawaii.
Dado el peligro de toxicidad, las autoridades de Hawaii advirtieron a la población que se mantengan lejos de la nube debido a la reacción química que provoca la lava al contacto con el agua. En particular, porque se triplicó la cantidad de dióxido de azufre que sale de las fisuras del volcán.
El impacto de la lava sigue generando graves problemas y preocupación en la población ya que el magma sigue brotando por grandes grietas que se produjeron en vecindarios de la zona rural. Tal es así, que se formaron ríos de lava que dividieron bosques y granjas de Hawaii.
“Aquí la naturaleza nos recuerda de nuevo quién manda”, expresó Joseph Kekedi, un cultivador de orquídeas cuya casa quedó a casi un kilómetro de la zona costera donde llegó la lava e hizo contacto con el mar. Ante el alerta anunciado y el avance de la lava, los residentes solo deben permanecer preparados para retirarse del lugar.
Científicos explicaron que la lava en contacto con el agua produce una nube de ácido clorhídrico y finas partículas de vidrio que pueden irritar la piel y los ojos y causar problemas respiratorios. Por tal motivo, la Guardia Costera estableció un perímetro de seguridad de 300 metros alrededor del punto de entrada al océano.