En una Conferencia por la Paz, Francisco denunció además el peligro de «los populismos demagógicos», el tráfico de armas y la pobreza.
El Papa Francisco condenó el extremismo religioso al declarar este viernes en Egipto que «ninguna violencia puede ser perpetrada en nombre de Dios porque profanaría su nombre». En un acto celebrado en la mezquita y universidad Al Azhar, la mayor institución del islam sunita, el papa argentino aseguró que la religión no es la causa de conflictos, sino su solución, y advirtió contra el peligro de «los populismos demagógicos» que no ayudan «a consolidar la paz».
El Sumo Pontífice llamó a los musulmanes a «caminar juntos», para rechazar la «violencia perpetrada en nombre de Dios», y pidió a las religiones «poner en práctica» el imperativo «no matarás».