«Es un evento multireligioso, uno de los dos días me toca conducir. De acá van tres representantes de tres religiones distintas y doscientas personas. Voy como conductor sí, pero es una comitiva grande que cada uno va por su cuenta y paga su pasaje, no es algo pago» Explicó en el marco de una entrevista que se verá en los próximos días sobre el viaje que realizará el lunes y que lo tiene sumamente entusiasmado.
«Estoy chocho de la vida y con mucha incertidumbre, si bien estuve con el Papa hace un par de años también en un evento conducido por mí en el Vaticano no sé qué va a pasar, voy muy a la expectativa» agregó.
— ¿Qué se siente estando ahí?
— Yo lo abracé con mucho amor. Es un, lo digo con respeto, un tipo divino. Es un Papa de gestos, que no es solamente lo que dice sino lo que hace. Lo abracé con mucho cariño sin saber si me conocía o no, porque todo el mundo me preguntaba: «¿Ya te conocía?» No sé, no me dijo: «ah, Sorpresa y media», o «que bueno que viniste», no hubo nada que me haga pensar que sabía quién era, no me preocupa, en ese momento lo abracé, lo besé. Después en la parte en que cada uno lo saluda en forma individual le conté el proyecto «Conciencia», le llevé una botella y le conté lo que estaba haciendo.
Le propuse un proyecto a él que se lo di y le encantó, me dijo «lo vamos a hacer» pero me imagino que debe tener muchas cosas para hacer, más que pedirle me dan ganas de ofrecerle qué hago. «Decime qué hay que hacer y hago». Ir a pedirle al papa es como una falta de respeto.