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¿Puede desaparecer para siempre la radio por aire?

Las emisoras exclusivas de Internet siguen creciendo con fuerza mientras cierran algunas AM o FM… ¿Desaparecerán para siempre?

Es posible que la radio por aire, como medio de comunicación, desaparezca para siempre? La cantidad de emisoras que sólo transmiten online en Buenos Aires, muchas de ellas iniciadas en los últimos tres o cuatro años, acaba de superar al número de radios por aire AM/FM, según una investigación de iProfesional.

La venerable BBC británica ya anunció que quizás hacia 2030 apague sus transmisores y se convierta en una emisora de radio (y TV) exclusivamente online, «una plataforma», según dijo su director.

Hay muchos análisis sobre cómo Netflix y otras plataformas están transformando la TV por aire y cable, así como los hábitos del público. Pero se ha prestado menos atención a la manera en que la radiodifusión podría verse afectada definitivamente por el streaming de audio en Internet.

La investigación de este medio identificó el impresionante número de 175 emisoras online activas y de funcionamiento regular (exclusivas de Internet y que no salen al aire por ondas) tan sólo en la Ciudad de Buenos Aires. Prácticamente todas son de distintos propietarios. Hasta ahora, no hay listas oficiales o privadas —ni siquiera parciales— sobre este tipo de emisoras.

(El caso especial de los 500 flujos de streaming de audio/música que brinda la página cienradios.com del Grupo Clarín con producción mayoritaria propia o encargada —de características únicas en el país— se ha considerado como una sola emisora online, lo que torna más impactante el cómputo.)

Al mismo tiempo, la investigación determinó la existencia en la misma capital argentina de 129 emisoras de FM y de 33 de AM (162 radios por aire en total), de alta o baja potencia, legales con licencia, sin licencia, «censadas», con permisos precarios o bien consideradas ilegales por el regulador Enacom, pero igualmente de emisiones regulares y constantes.

Por supuesto, aquí están incluidas las grandes emisoras AM como Mitre, Rivadavia, La Red o Radio 10 y las FM como La 100, Aspen, Disney, La Metro o Rock & Pop, pero también emisoras como Estación 15-50 (Pompeya), FM Flores, FM Pan y Trabajo (Iglesia de San Cayetano), la boliviana FM Gigante (Villa Lugano) o Radio Jai, de la colectividad judía (en Once pero con una trascendencia que supera ese barrio).

Si se contabiliza el Gran Buenos Aires (como área de 40 km a la redonda de la Plaza del Congreso, que no incluye a La Plata), hay nada menos que un total de 850 emisoras FM activas entre la ciudad autónoma (CABA) y el primer y segundo cordón de partidos que la rodean.

Las emisoras del conurbano son en su gran mayoría de alcance local, aunque algunas pocas pueden sintonizarse también en la CABA (como la frecuencia que el comunicador K Roberto Navarro sigue alquilando en FM en Avellaneda, a pesar de haberle sido adjudicada en una controvertida licitación la antigua frecuencia de AM de Radio El Mundo de Buenos Aires).

En AM, el cómputo de los partidos de Gran Buenos Aires (58 radios) elevaría el total a 91 emisoras entre la CABA y el conurbano, también casi todas de baja potencia y en este caso invariablemente sin licencia, muchas de iglesias evangélicas o que difunden música chamamé o folklore para migrantes provenientes del norte argentino.

La verificación del número de emisoras en el aire en AM/FM realizada por este medio va más allá de las engañosas listas oficiales del Enacom, incompletas y con gruesas incorrecciones.

Se efectuaron chequeos intensivos por distintos medios, aun desde distintas zonas de Buenos Aires: hay emisoras de baja potencia con la misma frecuencia en barrios diferentes (La Milagrosa 100.9, por ejemplo, del Club Cárdenas en Mataderos opera en la misma frecuencia que FM Riachuelo, de un comedor comunitario pro K de La Boca; ambas se interfieren en zonas intermedias, pero no en sus barrios).

Y la radio nos confunde a todos
Frente a esta abundancia de emisoras de aire, legales o informales, existen indicios, particularmente en el Gran Buenos Aires, que algunas emisoras de AM y FM están dejando de funcionar: algunas aun después de haber sido legalizadas con licencias concursadas de FM durante los años 2018-2019 (primera y única vez que se hizo tal legalización en 30 años en la llamada «zona de conflicto» CABA-GBA).

Esto ocurre en lugares tan dispares como Avellaneda (donde la Iglesia Católica cerró su emisora y la FM más emblemática de Wilde dejó de emitir), La Matanza (la «radio de clásicos» FM del hijo discjockey de un radiodifusor local de AM se convirtió a online) o Vicente López (la que se presentaba como «única emisora» FM de la localidad pasó también online, aunque luego cesó).

Pero aún son pocas las emisoras por aire que se transforman en emisoras solo online, si bien hay casos relevantes en la ciudad de Buenos Aires: las radios FM de media potencia Malena (tango) y Oktubre (rock nacional), del sindicato de encargados de edificios de Víctor Santa María, pasaron exclusivamente a la web en 2019 y 2021.

O la nueva emisora vinculada con el Teatro La Casona, de la avenida Corrientes, que dejó de emitir hace poco en AM y pasó también online, con periodistas como Milva Castellini o Hugo Macchiavelli (aunque recientes chequeos la sitúan ahora también en FM 104.7).

Las radios de Buenos Aires más antiguas nativas online, sin embargo, como ArInfo, Radio Zónica, Radio Colmena, Radio Conexión Abierta y Radio Trend Topic —por citar solo algunas—, ya tienen entre una y dos décadas transmitiendo, aunque recién ahora están cobrando una mayor trascendencia.

Hay casos especiales, como el de Futuröck, la radio online militante de Julia Mengolini, fundada en 2016 que ha recibido cifras descomunales de publicidad oficial que sus colegas equiparables no obtienen. Pero, al igual que el propio kirchnerismo que representa, cuenta con un «núcleo duro» de oyentes incondicionales.

Otro caso particular es de la plataforma de Internet LuzuTV —que pese a su nombre y su carácter multimedial es más bien una «radio con imágenes»— lanzada en medio de la pandemia (julio de 2021) y que escaló rápidamente a una enorme popularidad.

Con más de 860 mil seguidores en YouTube la popularidad de LuzuTV tiene que ver con una fuerte inserción en el público joven, tanto por sus características multiplataforma (podcasts/redes/video) como por sus contenidos, con influencers y figuras como Diego Leuco, Nati Jota o Nico Occhiato. Este último, una suerte de self made man digital surgido de realities de TV, es el creador del medio.

La señalada trascendencia del fenómeno llevó a APTRA a entregar por primera vez hace pocos días los Martín Fierro a la «comunicación digital nativa», que incluyeron varias categorías para radios online.

Esto ocurre en lugares tan dispares como Avellaneda (donde la Iglesia Católica cerró su emisora y la FM más emblemática de Wilde dejó de emitir), La Matanza (la «radio de clásicos» FM del hijo discjockey de un radiodifusor local de AM se convirtió a online) o Vicente López (la que se presentaba como «única emisora» FM de la localidad pasó también online, aunque luego cesó).

Pero aún son pocas las emisoras por aire que se transforman en emisoras solo online, si bien hay casos relevantes en la ciudad de Buenos Aires: las radios FM de media potencia Malena (tango) y Oktubre (rock nacional), del sindicato de encargados de edificios de Víctor Santa María, pasaron exclusivamente a la web en 2019 y 2021.

O la nueva emisora vinculada con el Teatro La Casona, de la avenida Corrientes, que dejó de emitir hace poco en AM y pasó también online, con periodistas como Milva Castellini o Hugo Macchiavelli (aunque recientes chequeos la sitúan ahora también en FM 104.7).

Las radios de Buenos Aires más antiguas nativas online, sin embargo, como ArInfo, Radio Zónica, Radio Colmena, Radio Conexión Abierta y Radio Trend Topic —por citar solo algunas—, ya tienen entre una y dos décadas transmitiendo, aunque recién ahora están cobrando una mayor trascendencia.

Hay casos especiales, como el de Futuröck, la radio online militante de Julia Mengolini, fundada en 2016 que ha recibido cifras descomunales de publicidad oficial que sus colegas equiparables no obtienen. Pero, al igual que el propio kirchnerismo que representa, cuenta con un «núcleo duro» de oyentes incondicionales.

Otro caso particular es de la plataforma de Internet LuzuTV —que pese a su nombre y su carácter multimedial es más bien una «radio con imágenes»— lanzada en medio de la pandemia (julio de 2021) y que escaló rápidamente a una enorme popularidad.

Con más de 860 mil seguidores en YouTube la popularidad de LuzuTV tiene que ver con una fuerte inserción en el público joven, tanto por sus características multiplataforma (podcasts/redes/video) como por sus contenidos, con influencers y figuras como Diego Leuco, Nati Jota o Nico Occhiato. Este último, una suerte de self made man digital surgido de realities de TV, es el creador del medio.

La señalada trascendencia del fenómeno llevó a APTRA a entregar por primera vez hace pocos días los Martín Fierro a la «comunicación digital nativa», que incluyeron varias categorías para radios online.

Es la metrópoli —por lejos— con más equipos de fútbol y estadios profesionales en el mundo. Pero también es la ciudad fuera de Nueva York y Londres y quizás un par más, con más teatros y representaciones en cartel. Es igualmente una de las ciudades con más librerías y sin duda que sigue siendo la urbe mundial con más psicólogos.

Como dato menos conocido, es asimismo la ciudad con más emisoras por aire en el mundo. Las 129 FM y 33 AM de la CABA (que pasan a ser 850 FM y 91 AM si también se computa el Gran Buenos Aires) superan por lejos de las de otras metrópolis mundiales, incluyendo Nueva York, Londres, Madrid, París o Roma (en las dos últimas ya casi no hay radios AM).

Así por ejemplo, según la New York State Broadcasters Association (reporte de 2016), en los cinco boroughs de Nueva York y norte de Nueva Jersey (área que coincide aproximadamente con los 40 km a la redonda de Buenos Aires) hay en FM unas 75 emisoras legales y más de 100 no autorizadas (mucho más precarias que sus equivalentes argentinas). En AM no hay más de 50 legales y muy pocas sin autorización.

Para Londres y cinco condados circundantes, también comparables con CABA-GBA, el sitio transmissionzero.co.uk da cuenta, para FM, de 41 emisoras legales (incluyendo transmisores de la BBC con la misma programación y emisoras «comunitarias» autorizadas), a las que se agregan 83 emisoras «piratas» (sin autorización, también más precarias que sus colegas argentinas). En AM hay 23 estaciones legales.

En Italia, donde un fallo insólito de la Corte Costituzionale de 1976 decretó que el monopolio de la RAI era ilegal y que cualquier persona podía fundar una emisora de AM, FM o TV, sin licencia y en cualquier frecuencia, la cantidad de emisoras bajó con el tiempo tras una explosión sin límites. Hoy quedan en Roma 105 radios FM y casi ninguna en AM.

De alguna manera esto es lo que ocurrió en Argentina, pero sin base legal, cuando entre 1987-1990 hubo una reacción social masiva contra décadas de restricciones con las licencias y concursos que nunca se concedían. Así, aparecieron en Buenos Aires, el conurbano y todo el país miles de emisoras sin licencia («truchas») que finalmente dejaron de ser perseguidas y crearon un universo de múltiples mensajes y propietarios.

Otra ola de emisoras sin licencia apareció con la expectativa creada por la Ley de Medios de 2009, esperándose una legalización que en la mayoría de los casos —y paradójicamente en violación de la propia ley— nunca llegó.

En medio de este proceso, empresas comerciales, sindicatos o entidades sin fines de lucro, en muchos casos afines al gobierno y apañados oficiosamente, adquirieron algunas de esas emisoras sin licencia, sus frecuencias o los permisos precarios correspondientes. O bien anotaron en un «censo» convalidatorio emisoras reales o inexistentes de baja potencia, pero igualmente sin licencia, para sacar alguna ventaja.

Acto seguido, convirtieron indebidamente a varias de ellas en emisoras de media potencia —algunas bastante conocidas hoy— aumentando hasta 20 o 30 veces la potencia que tenían, también en violación de la ley: el decreto 1225/10 indica que las emisoras sin licencia y con permisos precarios no pueden usar más de 1 kilowatt (art. 159).

Mientras tenga que cambiar la radio de estación
Por supuesto que la mayor parte de la audiencia conoce y escucha mayormente una docena o una veintena de esas 162 emisoras por aire porteñas o las 779 del conurbano.

Pero todas conforman un panorama en el cual conviven las grandes emisoras periodísticas, temáticas o musicales de distintos enfoques y líneas editoriales hasta las barriales que satisfacen necesidades locales específicas, sin olvidar a emisoras «alternativas» contraculturales o —como algunas se describen— contrahegemónicas.

Toda esta riqueza comunicacional no se ve siquiera disminuida aun cuando algunas de esas emisoras respondan a negocios extracomunicacionales de sus operadores. Esos negocios pueden incluir grandes operaciones de petróleo y energía, mejorar la capacidad de presión política de sindicatos o bien sostener grupos militantes para la acción política o piqueteril presentada como trabajo «comunitario».

También hay radios que existen primordialmente para conseguir publicidad oficial que sus colegas no obtienen en la misma proporción y que —para colmo— no siempre se destina al mejoramiento de contenidos: a veces para impulsar artificiosamente propaganda u otras para beneficiar económicamente a los amigos.

Dentro de esta variante se destacan numerosas emisoras del Gran Buenos Aires en «feudos» de eternos intendentes o de la misma fuerza política. En muchos de los casos apuntados, se trata de estaciones que a veces tienen un valor comunicacional-social muy bajo y que no siempre responden a necesidades reales.

En otro sentido, radios consideradas medios «vecinales» de la Ciudad de Buenos Aires parecen recibir la publicidad oficial local de manera más distribuida, pero también más indiscriminada, con resultados similares: la existencia de algunas emisoras (y otros medios) que carecen de audiencia y de un propósito claro.

¿Medios concentrados?
Pese a todos los factores negativos, puede celebrarse la pluralidad comunicacional e ideológica que implica este panorama. Hay quienes hablan de «medios concentrados», no pocas veces como excusa para reducir el pluralismo e implantar esquemas de control o de «capitalismo de (sus propios) amigos».

Pero Buenos Aires no sólo ofrece más emisoras de aire que cualquier otra ciudad mundial, sino que también presenta pocas barreras de entrada a la actividad, ahora disminuidas más aun con la emergente radio online. Por sobre todo, posee uno de los sistemas de radiodifusión por aire menos concentrados, más plural y más diversificados del mundo.

Ya mucho antes de la Ley de Medios —que fue mayormente inocua en este campo, tanto entre 2009-2015 como hasta hoy— y pese a las innumerables manipulaciones que históricamente se han hecho con la adjudicación de licencias y la publicidad oficial, la radio exhibía características de alta desconcentración y pluralismo.

Ni los políticos ni los académicos que impulsaron la norma y el inadecuado concepto de «medios concentrados» pueden desmentir con datos concretos los siguientes hechos y números del medio.

En AM, de las 33 radios porteñas:

* 14 corresponden a frecuencias legales de alta potencia: 2 de Alpha Media (Rivadavia y la 990, una anti K y la otra pro K) y 1 cada una a Continental, Indalo -Cristóbal López- (Radio 10), el sindicato de Víctor Santa María (Grupo Octubre) (AM750), Clarín (Mitre), Radio Nacional, Grupo América (La Red), CNN Radio, Del Plata, Roberto Navarro (El Destape), el gobierno de la Ciudad, Perfil —noticias constantes— y los pastores brasileños. Salvo la última, todas cuentan con programación hablada de actualidad y con redacciones periodísticas.

* 4 son emisoras legales AM de media/baja potencia: de las Madres de Plaza de Mayo (cedida a una cooperativa K), del piquetero Luis D’Elía, de la productora Afakot y del diario El Sol de Quilmes (con estudios en Puerto Madero). No obstante, estas dos últimas están inactivas —solo la de Afakot sigue online—, lo que marca otra baja de emisoras de aire.

* Las 15 AM restantes carecen de licencia: entre ellas está Radio Cooperativa (afín al gobierno), EcoMedios (alquiler para programas periodísticos) y una serie de pequeñas emisoras que alquilan sus espacios: algunas se especializan en tango, loterías, programas evangélicos o fútbol local.

En FM, de las 129 emisoras efectivamente activas de Buenos Aires hay:

* 19 emisoras FM legales de alta potencia: 3 de Indalo (Vale, Mega y Pop), 3 de Alpha Media (La Metro, Rock & Pop y la deportiva D103), y 1 cada una de Disney, Grupo Pierri (FM Latina), Grupo Octubre (Aspen), los pastores brasileños, la productora independiente Kuarzo (Urbana Play), Grupo América/Alpha -compartida- (Blue), la cordobesa Cadena 3 y Continental (Los 40). También hay 3 públicas nacionales de folklore, clásica y rock (las FM de Radio Nacional) y 1 pública municipal de tango (Radio Ciudad, la 2×4). Apenas una sola emisora de FM es del Grupo Clarín (La 100), aunque lidera individualmente en audiencia.

* 27 FM de media potencia con licencia o permisos precarios: otras 3 del Grupo Octubre (Blackie, Mucha Radio y Like), 2 del local bailable Radio Studio (cumbia/trap/cachaca paraguaya y «tropical»), 1 más de Indalo (One FM) y 1 cada una de la Universidad de Buenos Aires, del Ejército y de la Policía Federal.

También con 1 emisora de media potencia cada uno: Mario Pergolini (Vorterix), Afakot/Kuarzo (comparten Radio con Vos, parcialmente periodística), Alejandro Fantino (Neura), la revista Gente, la discográfica Magenta (Top, de cumbia/trap), El Sol (Late) y Luis Majul (Radio Berlín).

Además, 1 emisora de música techno (Delta), 1 de cultura judía (Radio Jai), 1 del café «político y cultural» (kirchnerista) La Patriada, 1 de música clásica (Amadeus, Adolfo Critto), 1 de programación no definida (Radio SAM), 1 evangélica (Cadena Vida), 1 de Perfil y 1 de Roberto Navarro. Estas dos últimas son las únicas que repiten la señal en AM.

Adicionalmente, hay 3 emisoras independientes de FM de media potencia (Concepto, Cultura y Millenium) que alquilan espacios a periodistas, comunicadores, economistas y políticos o aun a personas individuales, contribuyendo así a ensanchar todavía más el acceso a la radio y el pluralismo. Cultura ofrece también óperas los fines de semana.

* 83 emisoras de FM de baja potencia, la mayoría sin licencia o con permisos precarios. Algunas son comerciales-barriales o temáticas y las otras van desde la radio cultural de la Universidad de Belgrano hasta la emisora de los metrodelegados del subte, enfrentados con el sindicato UTA (que tiene también su propia radio, pero en este caso sólo online). La radio de los metrodelegados es parte de las 26 emisoras de aire de Buenos Aires que se definen como «sin fines de lucro» (sin contabilizar las iglesias y otros casos) y que pertenecen a asociaciones, cooperativas y sindicatos.

Esas emisoras «sin fines de lucro», caracterizadas también como «comunitarias», incluyen la pluralista, bien organizada y relativamente popular Frecuencia Zero (Mataderos) 92.5 o la «alternativa» de izquierda La Tribu (Almagro) 88.7, ambas con licencia. Hay radios como la del sindicato de Obras Sanitarias, otras como La Colifata (operada por pacientes del hospital Borda) y varias en asentamientos de Retiro, Barracas y Bajo Flores.

Hay una docena de emisoras filokirchneristas o aún de ultraizquierda —aliadas o no con el kirchnerismo según la situación—, igualmente denominadas «comunitarias», con posturas piqueteras, chavistas o guevaristas y que a veces se ensamblan con actividades de militancia territorial de «base». Suelen pedir (y obtener) tratamiento especial, exenciones y subsidios aduciendo que son entidades no comerciales que trabajan «en beneficio de la comunidad».

Completan este segmento de baja potencia 11 emisoras evangélicas, la gran mayoría de la corriente pentecostal «carismática», si bien los adventistas tienen radios FM en el interior argentino y una radio online en Florida, Vicente López. Hay también 6 frecuencias en parroquias porteñas de la Iglesia Católica que retransmiten la confesional Radio María (Córdoba) o con programas propios; son casi las únicas de baja potencia con licencia plena.

Siempre en esta franja de FM de baja potencia, Buenos Aires cuenta con nada menos que 22 emisoras bolivianas (incluyendo 2 evangélicas y otras pro o anti Evo Morales), 4 peruanas y 2 paraguayas: el 21,7% del total de la banda. Casi ninguna es operada por asociaciones, sino por pymes individuales.

Por ahora, no hay emisoras de aire de ultraderecha, islámicas, ni explícitamente LGBT (aunque sí hay programas individuales y radios plenas online porteñas en los tres casos).

Superlógico
Este es el panorama supercompetitivo y superpluralista de la radio por aire al que se enfrentan en Buenos Aires las 175 emergentes radios online actuales. Por un lado, parece increíble que ante semejante competencia aparecieran tantas radios online, las que exceptuando unos pocos casos no han sido artificialmente promovidas con subsidios indebidos o publicidad oficial.

Pero por otro lado y más allá de la facilidad para establecerlas, podría ser que todavía hubiera demandas comunicacionales insatisfechas. O bien que resulte muy lógico que Buenos Aires prolongue online su actual condición de ciudad con más emisoras del mundo.

Por supuesto las 162 emisoras por aire porteñas podrían también pasarse exclusivamente a online y así seguir compitiendo sin aire —pero ya con una audiencia totalmente volcada a Internet— con las 175 emisoras nativas online de la ciudad.

Si la BBC tiene razón, la radio por aire habrá desaparecido luego de unos 110 años o algo después. La competencia mundial (y porteña) será entonces todavía más feroz y sin duda habrá muchas bajas (menos frecuentes en las radios por aire, ya que suelen venderse las licencias o frecuencias para que no se extinga el correspondiente «lugar» del dial).

Mientras tanto, con todas estas precisiones contextuales, todavía nos resta adentrarnos a fondo en el mundo de la radio online porteña y de otros lugares, de acuerdo a los resultados de la investigación de iProfesional: cómo es, quiénes son sus participantes y operadores y cómo son sus contenidos, así como su recepción en la audiencia. Esa tarea quedará para una próxima nota.

FUENTE. iProfesionalcom

 

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