El pontífice puso como modelo a Enrique Shaw en proceso de beatificación, y dijo que «también la actividad empresarial puede ser un ejercicio de la misericordia».
«También la actividad empresarial puede ser un ejercicio de la misericordia», les recordó el Santo Padreal recibir a los más de 500 participantes de la Conferencia Internacional de UNIAPAC (Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresas) y puso como modelo al argentino Enrique Shaw en proceso de beatificación.
Se llevó a cabo en el Vaticano desde ayer jueves en el Vaticano del 17 al 18 de noviembre con el lema: «Los líderes de negocios como agentes de inclusión social económica y social».
La Conferencia Internacional de UNIAPAC es el seguimiento de una reunión que tuvo lugar en julio de 2014 con la asistencia del papa Francisco sobre «El Bien Común Global: hacia una economía m s inclusiva».
La Argentina participa con un grupo de empresarios en representación de ACDE (Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas).
Una de la empresarias argentinas es Jennifer Tchinnosian, quién fundó SoulFire, una agencia digital dedicada a darle una voz a buenas causas.
Francisco propuso a los participantes en la conferencia la figura de uno de los fundadores de UNIAPAC y ACDE el empresario argentino Enrique Shaw, cuya causa de beatificación promovió cuando era arzobispo de Buenos Aires.
Los instó a seguir su ejemplo y a pedir su intercesión, y manifestó el deseo de que esta conferencia sea como el sicomoro de Jericó, al que se subió Zaqueo para ver a Jesús.
«Un árbol al que se puedan subir todos, para que, a través de la discusión científica de los aspectos de la actividad empresarial, encuentren la mirada de Jesús, y de aquí resulten orientaciones eficaces para hacer que la actividad de todas sus empresas promueva siempre y eficazmente el bien común», dijo.
Mientras que en su discurso, Francisco les advirtió a los hombres de empresa sobre tres riesgos que suele comportar la actividad empresarial: el riesgo de usar bien el dinero, el de la honestidad y el de la fraternidad.
Al referirse a la honestidad, el pontífice argentino sostuvo que «la corrupción es la peor plaga social. Es la mentira de buscar el provecho personal o del propio grupo bajo las apariencias de un servicio a la sociedad».
«Es el engaño y la explotación de los m s débiles o menos informados. La corrupción es un fraude a la democracia, y abre las puertas a otros males terribles como la droga, la prostitución y la trata de personas, la esclavitud, el comercio de órganos, el tráfico de armas», entre otros, destacó, según la agencia Aica.