Las pérdidas económicas y materiales han sido devastadoras. Más de 2 mil habitantes sufren a diario las consecuencias de la inundación
El Fenómeno del Niño azotó con su inclemencia a toda la Región desde finales del años pasado. Si bien diferentes puntos de la provincia fueron severamente afectados, la situación más preocupante se vive día a día en Villa Paranacito, la ciudad que lleva más de 2 meses bajo agua. La inundación trajo consecuencias devastadoras para los productores agropecuarios y la vida cotidiana se dificulta cada vez más por la crecida de los ríos.
Las autoridades locales y provinciales trabajan en la complicada labor de recuperar la normalidad, pero el agua no da tregua y el río Paraná se mantiene estable en 3 metros, sobre el nivel de evacuación que es 2.60 m. En el acceso a la ciudad, la Dirección Provincial de Vialidad realizó trabajos de refuerzo en los terraplenes de defensa e instaló una balanza en el Paraje Roldán para poder controlar el peso de los camiones.
Por su parte, el intendente, Gabriel García, comunicó que “las economías regionales son primarias por excelencia y están totalmente afectadas”, por lo que estiman que las pérdidas económicas serán totales para este año. “Las familias se ven perjudicadas por el agua y no pueden trabajar. Los pronósticos no son favorables”, sostuvo el mandatario.
El inicio de 2016 fue atípico para toda la población. Regresar del trabajo o simplemente trasladarse por la ciudad, se ha convertido en una verdadera odisea. La imagen cotidiana muestra a los niños cruzando puentes de acceso que les permite llegar a las escuelas, atravesando una gran laguna de agua, luego de dirigirse hasta el lugar en canoa.
“He pasado todas las inundaciones, pero ninguna como esta. Perdí todo”, aseguró un damnificado. “Somos todo un grupo de hijos, sobrinos, cuñadas; nadie te da nada”, reclamó otro. Hasta el momento, el panorama no es para nada alentador, ya que se esperan que el fenómeno meteorológico se extienda hasta mediados de año.
