El cómico y ex candidato a gobernador de Santa Fe fue designado para ir al país centroamericano, donde la ex presidenta acababa de nombrar a Enrique Vaca Narvaja, un diplomático de carrera.
Mauricio Macri dio anoche el primer golpe de su gobierno a los embajadores que, de apuro, nombró Cristina Kirchner pocos días antes de terminar su gobierno, en un gesto que de mínima fue considerado desprolijo con la diplomacia del país.
Invitado estelar en el programa de Susana Giménez, Macri contó que propuso como embajador ante Panamá al cómico y ex candidato a gobernador de Santa Fe, Miguel Del Sel. Junto a su esposa y primera dama, Juliana Awada, dijo sobre Del Sel: «Lo proponemos como embajador en Pamá». Y hasta bromeó con el hecho de que lo había propuesto para frenar el crecimiento que experimentaba la economía panameña.
Lo que no contó Macri es que en octubre pasado, Cristina Kirchner ya había designado en la embajada de Panamá a Enrique Vaca Narvaja, diplomático de carrera y miembro de la misma familia del padre del nieto de Cristina, Camilo. Familia emblemática de los convulsionados años setenta, los Vaca Narvaja fueron además aliados firmes al kirchnerismo, entre ellos la ex diputada Patricia Vaca Narvaja, ex embajadora en México.
El ministro de carrera Enrique Vaca Narvaja estaba en misión diplomática en Ecuador, ante la secretaría de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), cuando fue beneficiado por el nombramiento de Cristina para que fuera a Panamá. Fue en octubre. Desde entonces, unos 16 los diplomáticos afines al kirchnerismo fueron destinados a jefaturas de embajadas, de una lista de 20. Lo curioso ya no es sólo que la Cancillería del presidente Juan Carlos Varela le había dado el plácet de estilo para ejercer su misión a Vaca Narvaja, sino también que el gobierno de Macri ya pidió el placet para Del Sel. Vaca Narvaja no había asumido sus funciones sólo porque tuvo un problema personal y debió viajar a la Argentina. De lo contrario, debería incluso volver por verse abortada su misión.