Las fotografías de un pequeño niño completamente desnutrido estremecieron el año pasado. La imagen de Hope (así lo bautizaron, como «Esperanza», en inglés) dieron vuelta al mundo. En ella aparecía su salvadora, la danesa Anja Ringgren Loven, integrante de una ONG, que le dio agua y lo llevó a un hospital. Hope fue encontrado así como aparece en la primera de las imágenes, desnudo y con los huesos sobresaliendo, en las calles de Nigeria.
La mujer lo llevó al hospital, le quitaron los parásitos del estómago y recibió transfusiones diarias mientras le proporcionaron una dieta especial para recuperar su salud.
Casi un año después, Loven publicó fotografías sorprendentes del antes y después del niño.
En un mensaje emotivo publicado en Facebook, escribió: «El 30 de enero de 2016 fui a una misión de rescate con nuestro equipo nigeriano. Una misión de rescate que se volvió viral y el mundo conoció a Hope. Esta semana, Hope comenzó la escuela».
Cuando lo encontraron, el niño no estaba famélico por vivir en extrema pobreza o estar perdido, sino porque sus padres lo abandonaron convencidos de que el niño era un brujo.