La Cancillería le pidió a Mateo Capitanich que vuelva al país. Se trata de una acción diplomática en conjunto con México.
Luego de la abstención argentina ante la resolución de condena de la OEA ante la ola de arrestos de dirigentes opositores en Nicaragua, el Gobierno ensaya un giro en la relación bilateral y llamó a consulta a su embajador en Managua Mateo Daniel Capitanich. De esta manera, el jefe de la sede diplomática deberá volver a Buenos Aires “con el objetivo de realizar consultas sobre las preocupantes acciones políticas-legales realizadas por el gobierno nicaragüense en los últimos días que pusieron en riesgo la integridad y libertad de diversas figuras de la oposición (incluidos precandidatos presidenciales), activistas y empresarios nicaragüenses”.
La Casa Rosada resolvió la movida diplomática en conjunto con México. En un comunicado, la Cancillería afirma que ambos países “se mantendrán atentos a la evolución de los acontecimientos relacionados con la hermana República de Nicaragua y seguirán promoviendo inequívocamente el pleno respeto y promoción de los derechos humanos, las libertades civiles, políticas y de expresión de toda persona, con independencia de su nacionalidad y/o profesión”.
En el comunicado reafirman la postura de la Argentina y México a contribuir “constructivamente en la promoción del diálogo para que sean las y los propios nicaragüenses quienes superen esta situación por la vía pacífica”.