Luego de las actividades en su primer día en México, donde pudo rezar ante la Virgen de Guadalupe, uno de los deseos más íntimos del líder de la Iglesia Católica, el papa Francisco salió de la Nunciatura Apostólica a las 9:45 hora local (15:45 GMT) hasta las instalaciones militares del Campo Marte, en el Bosque de Chapultepec, donde se subió a un helicóptero que lo trasladó a hasta Ecatepec.
Allí recorrerá 9 kilómetros en un vehículo descubierto hasta arribar al Centro de Estudios Superiores de Ecatepec donde oficiará una misa y el Ángelus dominical. Se espera la presencia de unas 300.000 personas, en el terreno conocido como «El Caracol», donde se ha erigido un gigantesco presbiterio donde se celebrará la eucaristía.
El municipio mexicano es una de las zonas más pobres e inseguras del país. Según el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en 2014 triplicó la media nacional de asesinatos con una cifra de 35,9 homicidios por cada 100.000 habitantes y se situó entre las primeras posiciones de los municipios con mayor número de extorsiones. Además, en 2015 se declaró la «alerta de violencia de género» por la preocupante escalada de femicidios.
La ciudad de 1,6 millones de habitantes forma parte del estado de México, una región que se volvió lúgubremente famosa por las alarmantes cifras de desapariciones de mujeres y los hallazgos de muchos de sus cuerpos desmembrados flotando en el Río de los Remedios, a unos 20 km de la sede de la misa de este domingo.
Al menos 600 asesinatos de mujeres entre enero de 2014 y septiembre de 2015 en el estado, según portes de la ONG Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio
El papa Francisco llegará a esa zona de México con un mensaje de esperanza, un sector del país que se ha mostrado convulsionado por la visita del Sumo Pontífice.