Científicos contaron hasta 8.000 cuerpos de agua encima de un glaciar en el este del continente blanco. Podrían estar acelerando el derretimiento del hielo y el aumento del nivel del mar por el aumento de la temperatura del aire.
Un grupo de científicos detectó unos ocho mil lagos sobre el glaciar Langhovde, en el este de la Antártida. Se formaron debido al deshielo de los últimos 13 años provocado por el aumento de la temperatura del aire en la zona.
Se sospecha que es un efecto del cambio climático que está provocando el ser humano con las emisiones de gases de efectos invernadero.
El fenómeno fue documentado por primera vez en Groenlandia, la masa de hielo más vulnerable al cambio climático. También se observó en la Península Antártica. Pero nadie pensó que podría estar ocurriendo en el este de la Antártida, la masa de hielo más grande del planeta y la más estable.
El estudio estuvo liderado por la Universidad de Durham (Reino Unido) y ha sido publicado por la revista Geophysical Research Letters. Para su análisis utilizaron imágenes satelitales.
La formación de estos lagos son una señal de alerta sobre la intensidad del cambio climático y porque el agua de los lagos fluye entre los glaciares y hacia el océano.
En Groenlandia este fenómeno debilita aún más la estructura de hielo y podría provocar fracturas.
Sube el mar
Si las masas de hielo que hay sobre la Tierra comienzan a derretirse esa agua provocará un aumento en el nivel del mar. Por este motivo, varias ciudades costeras estarían en riesgo de quedar inundadas de forma permanente.
Los expertos realizan estimaciones sobre en cuánto tiempo podría ocurrir esta catástrofe y si aún hay tiempo para mitigar esta consecuencia del cambio climático. El derretimiento de la Antártida Oriental es una clara señal de que el fenómeno se está acelerando.