A través de videos colgados en la popular red social, monjas del convento allanado en una investigación por tormentos, dieron a conocer su postura sobre los hechos.
Religiosas del Monasterio de la Preciosísima Sangre y Nuestra Señora del Carmen, de Nogoyá, dieron a conocer sus testimonios de vida públicamente luego del allanamiento del convento en una investigación judicial por tormentos. Los relatos se difundieron a través de una serie de videos posteados en la cuenta “Carmelitas Descalzas Nogoyá ER” en la red social Facebook.
La religiosas inician su alocución diciendo que son “completamente felices”, y aseguran que no sufrieron torturas. Los testimonios sucedieron luego que el jueves de la semana pasada se produjera un operativo policial en el monasterio en el marco de una investigación de oficio por torturas y privación ilegítima de la libertad, luego de la denuncia periodística de la revista Análisis.
Una de las religiosas criticó el accionar de la Justicia: “Nos atropellaron por una revista”, reprocharon. Asimismo, defendieron en todo momento su elección de vida y reiteraron que estaban por propia voluntad allí recluídas.
Los testimonios de las monjas del Carmelo sorprendieron ya que las religiosas guardan voto de silencio.
En todo momento negaron sufrir tormentos, aunque no se refirieron a los elementos de flagelación que fueron secuestrados el pasado 25 de agosto en el allanamiento que encabezó el fiscal Federico Uriburu.
En uno de los videos, una de las carmelitas afirmó: “Elegí libremente esta vida, que es una vida de oración y penitencia, no de tortura que es término distorsionado que se está usando afuera. La gente ignora nuestra vida, no pretendemos que la entiendan tampoco, en un mundo materialista”.
En otro video, la Madre Isabel y la Hermana Carmen dan cuenta que el allanamiento llevado a cabo por la justicia: “Fue muy violento. Ofrecemos nuestras vidas por la salvación de todas las almas, incluso la de aquellos que nos hacen esto. Si fueran conscientes, no lo harían. Nos atropellaron por una revista, por un señor que no nos conoce, que nunca vino“.