El sector comercial trabajaba en forma prácticamente normal en los barrios, mientras que en el centro fueron pocos los negocios que se plegaron a la medida de fuerza.
La mayoría de los locales comerciales abrió sus puertas en la Peatonal San Martín.
Para llegar hasta el centro debido al paro del transporte urbano de pasajeros, los trabajadores comentaron que se reunieron entre tres o cuatro que viven en la misma zona, y el que tenía auto era el encargado de pasar a buscar al resto. Por la tarde pensaban hacer lo mismo con el vehículo de otro.
En las escuelas, la ausencia tanto de docentes como de alumnos era mayoritaria. Muchos de ellos tenían como justificativos la imposibilidad de llegar al establecimiento por la falta de transporte público. Cabe acotar que aquellos que se domicilian a más de 15 cuadras del lugar donde dictan o reciben clases tienen las faltas justificadas.