«Uno se pregunta: pero si el Señor ha resucitado, ¿cómo pueden ocurrir tantas desgracias?», manifestó el Sumo Pontífice en la misa de Pascua
El Papa Francisco presidió la misa del Domingo de Pascua en El Vaticano, ante una multitud de fieles católicos presentes en la Plaza San Pedro. En su mensaje pidió “que se construyan puentes de diálogo, perseverando en la lucha contra la plaga de la corrupción y en la búsqueda de válidas soluciones pacíficas ante las controversias, para el progreso y la consolidación de las instituciones democráticas, en el pleno respeto del Estado de derecho”.
Al mismo tiempo, el Sumo Pontífice se refirió a los nuevos esclavos, los niños explotados y los inmigrantes. “Que Dios ayude a quienes luchan contra la corrupción”, reclamó y pidió a detener el tráfico de armas.
“Uno se pregunta: pero si el Señor ha resucitado, ¿cómo pueden suceder estas cosas? ¿Cómo pueden ocurrir tantas desgracias, enfermedades, trata de personas, guerras, destrucción, mutilación, venganza, odio? ¿Dónde está el Señor?”, advirtió. En ese sentido, llamó a no perder la esperanza, a pesar del sufrimiento en el mundo.
“A nadie se le ha preguntado si está contento con lo que sucede en el mundo. Para muchos no tiene explicación alguna. Es por ello que uno no tiene que cerrarse sino mirar hacia adelante. Allí no hay un muro, hay un horizonte”, reflexionó.
El Papa también se dirigió a los fieles latinoamericanos. “Que Jesús Resucitado sostenga los esfuerzos de quienes, especialmente en América Latina, se comprometen en favor del bien común de las sociedades, tantas veces marcadas por tensiones políticas y sociales, que en algunos casos son sofocadas con la violencia”.